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27 noviembre 2009

Inicio automático de sesión en Windows XP

Si somos nosotros los únicos que utilizamos un determinado ordenador, no tiene mucho sentido que, cada vez que se inicia el equipo, tengamos que pulsar sobre el icono que muestra el nombre de usuario. Para evitar esto y obligar al sistema a que se inicie directamente, mostrándose el escritorio de Windows XP, necesitamos realizar uno o dos procesos, ambos compatibles. Estos son:
Para iniciar la sesión automáticamente haz lo siguiente:

  • Vete a Inicio \ Panel de control.
    Selecciona Rendimiento y mantenimiento. En la nueva ventana, pulsa sobre Herramientas administrativas.
    Pulsa ahora sobre Directiva de seguridad local. En la ventana que se abre pulsa, en el panel de la izquierda, sobre Directivas de cuenta \ Directiva de contraseña.

 
En el panel de la derecha, pulsa, con el botón derecho del ratón, sobre Longitud mínima de la contraseña y selecciona Propiedades. Pon 0 caracteres en No se requiere contraseña.
Si después de intentar realizar el ajuste anterior, has comprobado que no es necesario ningún cambio. O si realizado el ajuste Windows XP sigue sin iniciar sesión automáticamente, debes llevar a cabo otro sencillo proceso:
  • Vete a Inicio \ Ejecutar y escribe control userpasswords2.

    En la ventana que se abre, desmarca Los usuarios deben escribir su nombre y contraseña para usar el equipo, y pulsa sobre el botón Aplicar.

  • En la nueva ventana, pon los datos que te pide del que va a iniciar automáticamente la sesión y pulsa en Aceptar. (Lo normal es que el Nombre de usuario sea Administrador y que Contraseña quede en blanco).


    Pulsa en Aceptar en la nueva ventana.

La próxima vez que inicies Windows XP, se hará automáticamente.

Ajustar gráficos para mayor velocidad

Windows XP muestra una amplia cantidad de opciones para mejorar las capacidades gráficas del sistema. Si aprovechamos todas las prestaciones, las necesidades de RAM crecerán exponencialmente. Al ajustar los componentes gráficos, podrás conseguir un mayor rendimiento en tu equipo.
Una de las modificaciones a realizar consiste en reducir la calidad del color. Podrás así especificar cuántos colores se van a mostrar en la pantalla. Para ello, haz lo siguiente:


  1. Pulsa el botón derecho del ratón sobre cualquier lugar del escritorio de tu ordenador y selecciona Propiedades.
  2. Activa la pestaña Configuración y, en Calidad del color, selecciona Media (16 bits).
  3. Pulsa sobre Aceptar.
El siguiente cambio a realizar se centra en retroceder hacia los formatos de Windows 2000. Para conseguir este aumento en el rendimiento hay que renunciar a ciertas prestaciones, propias de Windows XP. Tendrás que hacer lo siguiente:



  1. Pulsa el botón derecho del ratón sobre el icono Mi PC que se encuentra en el escritorio. Selecciona Propiedades.


  2. Activa la pestaña Opciones avanzadas y pulsa, a continuación, sobre el botón Configuración de la sección Rendimiento.


  3. En la pestaña Efectos visuales, marca Ajustar para obtener el mejor rendimiento.

  4. Pulsa sobre Aceptar para cerrar propiedades del sistema.
Podrás comprobar, a partir de aquí, que el rendimiento de tu equipo es superior.

Reparar instalación de Windows XP

Cuando tu ordenador se cuelga de manera habitual, puede deberse a que alguno o algunos de los archivos fundamentales del sistema se han dañado o también porque la configuración de hardware ha variado. También, en algunas ocasiones, después de instalar un nuevo programa o herramienta el equipo se vuelve inestable. Para solucionarlo es conveniente reinstalar el sistema.
Una reinstalación reescribe todo lo que es esencial para el sistema y vuelve a detectar todo el hardware, las configuraciones del escritorio y todas las que afectan a aplicaciones y programas. Los cambios que se realizarán en el registro no afectan a la personalización del sistema; seguiremos disfrutando de nuestro equipo tal como lo hacíamos antes de los fallos; no perderemos ninguno de nuestros documentos, vídeos o archivos musicales.
Para proceder a la reparación, debes hacer lo siguiente:
  1. Arranca el sistema con el disco de Windows XP en la unidad correspondiente. (Tal vez tengas que cambiar en la BIOS la secuencia de arranque). Pulsa la tecla cuando surja el mensaje de selección.
  2. Pulsa F8 para saltar la licencia de software (EULA).


Pulsa a continuación R para proceder a la reparación del sistema.

Se realizará todo el proceso de instalación de XP, pero no se reemplazará ninguno de los datos que tienes almacenados en tu ordenador. Sólo se recuperarán los archivos fundamentales del sistema, porque se han corrompido o porque se han perdido.

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